LOS VIAJES DE NEGOCIOS

Para definir la importancia que revisten los viajes de negocios en el marco de la actual situación económica del país, es preciso efectuar un análisis profundo a partir de tres grandes categorías: viajes de incentivo, ferias y congresos y desplazamientos por negocios propiamente dichos.


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Los viajes de incentivo son una técnica de motivación del personal de las grandes empresas (especialmente en EE.UU. y Gran Bretaña) y que consiste en ofrecer a los empleados de mayores méritos la posibilidad de realizar un viaje inolvidable antes de ser beneficiados por un aumento salarial, sometido a la declaración de impuestos. Este viaje en grupo, lo organiza la empresa.

En los EE.UU., se estima una inversión de 1.000 millones de dólares, que están en manos de grandes organizaciones especializadas en este tipo de viajes. Europa ocupa una parte apreciable de los destinos elegidos, alrededor de un tercio del total, pero se nota una concurrencia mucho mayor a los países asiáticos.

Los congresos y seminarios también juegan un rol importante, lo mismo que las ferias y exposiciones, ya que en su desarrollo se conjugan tam­bién otros objetivos más afincados a la ciencia, el arte, la cultura, la industria e inclusive al deporte.

Por otra parte, los viajes de negocios tienen un carácter mucho más difuso y dependen de la importancia económica del país elegido y de su grado de inserción en la economía internacional.

No obstante, una mención especial debe ser reservada a las visitas de empresas que, convenientemente encuadradas y organizadas, pueden consti­tuir un elemento apreciable en la estrategia de las relaciones públicas. Aunque en todos los casos, se considera a este turismo una figura compleja y sofisticada demasiado dificultosa para los organizadores de viajes de incentivo que avanzan en función de criterios muy precisos, y de la importancia y la adaptación de estructuras existentes, como los centros de congresos, salas de reuniones, hoteles de alto nivel, etc.

Todo esto implica que en este tema no hay ninguna posibilidad para la improvisación. Tal es así que, las apuestas financieras son muy elevadas. Basta recordar un ejemplo: en el caso de los congresos un participante desembolsa término medio en París unos 150 dólares dólares diarios y un congreso internacional reúne a menudo a tres mil congresistas por cinco días al mes.

Dentro de este contexto es innegable que conquistar estos mercados tiene ventajas mucho más importantes que las del flujo turístico en general y por eso este negocio es objeto de una competencia feroz entre muchos países.

La concurrencia se concentra sobre los grandes países industriales. Por supuesto los EE.UU., pero también Gran Bretaña, Alemania, Bélgica y en menor medida Suiza, Austria y otros países del sudeste asiático. Hay ciudades, en cambio, como Madrid, que han protagonizado en los últimos años un crecimiento espectacular en el mercado mundial de las reuniones. Es que la antigua tradición de Madrid como destino turístico, ha favorecido el desarrollo de una infraestructura acorde con la cantidad y calidad de servicios, elemento producido por el esfuerzo conjunto de las iniciativas públicas y privadas que desean para este sector un campo cada vez más profesionalizado y moderno.

Ciudades como Frankfurt, París y Ginebra, también han aumentado considerablemente sus receptividades para los hombres de negocios de todo el mundo. Tal es así que, para algunas ferias alemanas, ya hay reservas de hoteles que alcanzan al año 2018.

El mercado argentino

Dentro de este contexto ¿cuáles son las posibilidades de la Argentina en la materia?.

En principio, se deben analizar varios aspectos y uno de ellos es la situación económica. Algunas tendencias demuestran que los operadores locales están adecuando su infraestructura al nuevo marco que impone la crisis de estos tiempos. Hoy, no estamos en la disyuntiva de transformar­nos en un país exportador de turismo, tal como aconteció a principios de la década del '80, por que la realidad dice lo caro que es viajar al exterior. Sin embargo, los viajes de negocios y los programas de incentivo comparativamente han tenido un crecimiento considerable. De esta forma se explica como una importante empresa internacional con sede en la Argentina ha lanzado, por cuarta vez, un estudio orientado a brindar información sistematizada y analizada sobre la inversión que las empresas realizan en el país en materia de viajes y gastos de representación, de lo que se extrae el convencimiento de alcanzar una adecuada administración de los mismos.

De esos informes, podemos extraer que la dimensión e importancia del tema ha creado la necesidad de un manejo efectivo de esas erogaciones, que en este momento alcanzan -según estadísticas no oficiales- a unos 500 millones de dólares anuales. El informe se realizó en base a una encuesta sobre 400 empresas radicadas en la Argentina.

Pero también el turismo receptivo, y en este caso, a través de los viajes de incentivo, es posible que pueda obtener un auge considerable en los próximos años, ya que Argentina continúa siendo tierra virgen tanto para el turista extranjero como para los hombres de negocios, y posee todos los atributos naturales que le permiten competir con aquellos países que lanzan al mercado campañas agresivas para obtener ventajas sobre el resto.

La política oficial, con la ayuda del sector privado, ha logrado captar el interés de los operadores extranjeros, a través de la promoción y presencia personal en diversas ferias y bolsas de turismo, en los mercados más importantes del mundo.

Ellos son quienes deberán afrontar el desafío de dotar a los distintos centros turísticos del país de la infraestructura necesaria y además transformar a Buenos Aires, en capital latinoamericana de eventos inter­nacionales. Un objetivo quizá no muy lejano, pero que demandaría un esfuerzo importante de los poderes públicos, como el de dotar de profesionales a cada puesto, de manera que la imagen de Argentina en el exterior sea entonces una responsabilidad colectiva, digna de ser res­paldada por todos.

El Registro de Idóneos que está en marcha hace unos años, la creación de un Bureau de Congresos para la ciudad de Buenos Aires, las grandes inversiones en materia de hoteles de cinco estrellas y la posibilidad, siempre latente, de dotar a nuestra capital de un Centro de Convenciones de jerarquía internacional, son proyectos que, a mediano plazo, permitirán un mayor desarrollo del sector turístico, sobre todo en el ámbito de los viajes de negocios.